Avant-Garde es un término francés que significa vanguardismo y que se creó a principios del siglo XX para definir una corriente cultural que buscaba una innovación en la producción artística, una renovación tanto en la exposición como en el contenido creativo y cuya finalidad era superar la relación directa de "obra-espectador" y convertirla en "arte-vida-espectador".
Actualmente y centrándonos en la música, podríamos referirnos al Avant-Garde con esta acertada definición que leí hace tiempo en la red de redes:
" Sobre el avant-garde hay que decir que no es un género en si mismo, sino una manera de situarse, tomar una posición, la posición de vanguardia es la que primero enfrenta al enemigo; para esto se debe tener un enemigo, el enemigo en el campo musical sería pues, la manera en que la música se ha tranformado en el negocio de unos pocos, haciendo ceder la legítima y admirable necesidad de expresión de los músicos, convirtiendo a estos en esbirros del mercado, del marketing, del best-seller. Es una batalla perdida, es decir, será muy díficil cambiar el panorama, pero alguien debe luchar contra ello, eso está claro. "
En definitiva, el Avant-Garde es el género musical que nos defiende de la simpleza y de lo banal. Vivimos en una sociedad de consumo directo; no nos gusta pensar, no nos gusta digerir, que nos lo hagan todo hecho.
-Yo, ante esto, me declaro en rebeldía-
